LA HORA DEL APLAUSO




Desde hace unos días a las 20h aplaudimos. Otra de esas iniciativas bonitas y necesarias para mantener el ánimo.

Yo vivo cerca del mar y es ensordecedor y sobrecogedor escuchar las bocinas de los yates atracados en el puerto sonar casi por encima de los aplausos. Esos yates que cuando todo era normal los paseantes miraban asombrados como un sueño inalcanzable y con curiosidad por saber quién serán las personas que habitan dentro de esos palacios flotantes. Pues sean quién sean, también están confinados, y también aplauden, a su manera.

La hora del aplauso está en nuestras agendas diarias, sorprendentemente repletas de llamadas, reuniones, labores del hogar, tiempo para cocinar, pero este momento no se nos pasa. Puedes estar en tu sofá, delante del televisor, tecleando en el ordenador, en un Skype con amigos, y de repente, un tímido aplauso nos recuerda que son las ocho de la tarde y saltamos de la butaca hacia la ventana para empezar a aplaudir.

¿Que a qué aplaudimos? Pues un poco a todo creo yo.
Como cuando ves pasar una Maratón cerca de tu casa y aplaudes a los deportistas sacrificados que llevan horas corriendo, para animarlos, para que recuperen las fuerzas y sigan adelante. ¡Vamos! ¡Tu puedes! ¡Ya queda poco!
Esto mismo es lo que hacemos estos días y me gusta, señal de que nos importa, señal de que hay esperanza en la humanidad y que, si vamos a una, todo saldrá bien.

Aplaudimos a los médic@s, profesionales de la salud en general y científic@s que ponen todos sus esfuerzos a diario para salvarnos de este tremendo virus.
Aplaudimos a todas las cabecitas que asoman por las ventanas porque todos estamos igual, en nuestras casas, todos sabemos lo duro que es, y esto genera una dulce complicidad.
Aplaudimos a nosotros mismos, porque una palmadita en la espalda siempre es buena, un, oye, pues no lo estoy haciendo tan mal.
Aplaudimos a los amigos, familiares y personas que queremos y que no podemos ver estos días, para que nos oigan, para que estén bien y por muchas listas de cosas que haremos juntos cuando todo esto acabe.
Aplaudimos a todos los trabajadores y trabajadoras que hacen que todo funcione, que podamos comprar comida porque alguien sigue sembrando el campo y alguien lo lleva al mercado y alguien lo dispone todo para proveernos. Y, como hoy escuchaba en la radio, para que cuando abrimos el grifo salga agua y tengamos luz en casa.
Aplaudimos para que esto acabe cuanto antes, porque mucha gente esta luchando contra este virus y es doloroso, y sabemos que es largo, pero todo mejorará y lo celebraremos.
Aplaudimos a todas las iniciativas que surgen cada día, de personas que podrían quedarse en su sofá, pero deciden entretenernos para que estemos bien. Todos aportamos valor de una forma u otra y en estos días es bonito compartirlo.

En definitiva, aplaudimos a la vida, porque siempre se abre paso.


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