Desde que empezó todo esto, ya sabéis a qué me refiero, en una pizarra que tengo en la cocina voy anotando los días que llevamos y hoy he escrito 30. Un mes ya ha pasado y me parece una barbaridad de tiempo sobre todo si lo contrasto con mi estado de ánimo, que en general, ha sido bastante bueno durante todos estos días.
Si hace unos meses nos hubieran dicho que nos tendríamos que encerrar en casa durante 30 días, más de uno nos habríamos tirado de los pelos, yo incluida, que soy más de estar en la calle que en el sofá. Aunque, por otra parte, pienso que la mayoría de las situaciones, de cosas que nos pasan, depende mucho de la actitud que tengamos para que nos sienten mejor o peor. Hay una película, seguramente sin mucha profundidad, pero a mi me encanta, se titula “The Holiday” y en un trozo dicen “hay que tener agallas”. Me gusta esta frase, hay que tener agallas para andar por la vida y para tirar adelante en las peores situaciones.
Hoy a primera hora de la mañana, debían ser las ocho, he ido al salón con mi ropa de hacer ejercicio, mallas y tirantes, he abierto la ventana y ¡wow!, qué temperatura más agradable, me he apoyado un rato en la ventana y me ha parecido una forma perfecta de empezar este domingo de pascua. Claro que se nota el paso de los días, se hace largo, pero también se nota que llega el buen tiempo, huele a primavera.
Tengo una amiga que cuando en otra época solíamos convivir me hacia hacer listas, sobre todo listas de lo mejor y lo peor. Creo que, desde entonces, habrán pasado ya más de diez años, no he vuelto a ponerlo en práctica, pero hoy he pensado que es un buen momento. Nunca es fácil hacer retrospectiva, pero una vez conseguido sienta bien ver que hay un equilibrio y que no todo ha sido malo.
En mi lista de lo mejor y lo peor primero escribiría lo peor. Esto es como cuando te dicen tengo dos noticias, una mala y una buena, ¿Cuál preferís que os cuenten primero? Yo la mala, sin duda, así nos lo quitamos rápido de encima y porque después con lo bueno, veremos ese equilibrio.
Pues bien, en mi lista de lo peor, pondría el egoísmo y la envidia de algunas personas en un momento en que no cabe esta actitud de mirar solo para dentro, el ver de cerca esta enfermedad que ha aparecido de forma tan repentina, el sufrimiento constante por el bienestar de los míos, la falta de libertad de movimientos, la incertidumbre de querer respuestas o soluciones cuando los que esperamos que nos las den tampoco las saben pues resulta que también son humanos, la ligera preocupación por los negocios y la profesión.
En mi lista de lo mejor, descubrir el calor, disposición, apoyo y amor de personas que no esperabas o que simplemente no pensabas que te apreciaran tanto, a mi y a los míos, sacar fuerzas para poder con esto y con mucho más, retomar aficiones que me llenan y que me propongo no dejar nunca más, disfrutar de las pequeñas cosas, bajar el ritmo y recuperar energía, crear nuevos vínculos que quizás en otra situación no se hubieran dado, leer mucho, pensar más.
Han pasado 30 días y día arriba día abajo, nos quedan unos 30 días más, respiremos hondo, y para adelante con ello pues no va a acortar la espera que tomemos una actitud negativa ante todo esto. Tengamos el firme convencimiento de que vamos a salir de esta para reconstruir y volver a brillar como sociedad y como personas.
Haced listas.
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