ESTAMOS BIEN


Parece que lo peor ya ha pasado.

Hoy he visto más gente en la calle, y me ha hecho sonreír. Habrá personas irresponsables como hay también “policías de balcón” con demasiado tiempo, pero yo me quedo con ver a los niños en patinete arriba y abajo, con las miradas de complicidad que dicen, esto ya lo tenemos, cuando te cruzas con desconocidos, con una niña haciéndole una foto a su madre delante del mar para inmortalizar la importancia y la belleza del momento, con familias yendo a visitar a sus abuelos que se emocionan mientras saludan desde el balcón.

Me quedo con la humanidad de todo lo vivido estos meses.

El día es largo, hay más horas de luz. Empieza a hacer calor, vestimos con menos ropa y el aire huele como cuando se acercan los festivales de música. Como cuando empiezas a estudiarte los horarios para no perderte ni un concierto. En algunos rincones de la ciudad donde hay naranjos, de los que su fruta no se come, incluso huele a azahar. Apetecen los helados.

No solemos fijarnos en este tipo de detalles, pero ahora que contar el tiempo se ha convertido en un habitual en nuestras vidas, disfrutarlo debe ser una prioridad. Podemos disfrutar de las cosas también en la excepcionalidad.

Siento un poco de nostalgia al pensar en la época de festivales y en todas esas cosas que nos gusta hacer cuando llega el buen tiempo y que, sin querer confirmarlo, sospechamos acertadamente que no vamos a poder disfrutarlas, al menos de la misma manera, este año. Pero, que le vamos a hacer. Es mejor respirar hondo y adaptarse. Disfrutar de lo que sí tenemos, de toda la belleza de la naturaleza que nos rodea, de la compañía de las personas que queremos y de hacer volar la imaginación para que también nos emocione el verano que vendrá. Y agradecer, que estamos bien.

Todo lo demás, llegará y entonces recordaremos como aguantamos mecha durante unos meses allá por el 2020.

Ya se habla de fases para el desconfinamiento, de eventos culturales, bares y restaurantes… y escuchaba en la radio que van a ampliar las zonas para caminar y reducir el espacio para la circulación de coches. ¡Fantástico, buenas noticias! Nos adaptaremos y saldremos adelante. Seamos de los del vaso medio lleno.

Seguramente será diferente, pero puede ser bueno también.

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