La playa de Barcelona esta irreconocible. Y lo digo para bien.
Una playa para los barceloneses como no creo que nunca hayamos tenido.
Primero teníamos una ciudad que vivía de espaldas al mar y después de las Olimpiadas del ‘92 hicimos directamente el salto a la masificación turística del trocito de costa de la Ciudad Condal.
Voy a ser centralista, ser de Barcelona es lo más, y si no tienes playa en tu ciudad o pueblo, ya lo siento, pero ¡Qué bella y tranquila que está la playa estos días!
No creo que muchos barceloneses conozcan los nombres de las playas de Barcelona; tampoco es algo que se pueda recriminar. Yo las conozco por las canciones de Gato Pérez, igual que conozco las calles de Madrid por Sabina. Pero la cuestión es que estamos muy orgullosos de nuestra playa y sin embargo, no la hemos cuidado suficiente.
Tengo la suerte de vivir muy cerca del mar dentro de la misma ciudad y durante todo el año ando arriba y abajo por el paseo marítimo. En invierno, un oasis; pero en verano es ruidosa, sobrepoblada y como una personita me decía hoy, llena de gente irrespetuosa.
En cambio, esta mañana no podías no darte cuenta de la tranquilidad que reinaba a pesar de estar bastante llena de gente. Unos practicando deporte; otros tumbados al sol o considerando darse un chapuzón. Pero había espacio, ni rastro de música alta, nada tampoco de venta ambulante de mojitos de dudosa calidad.
La verdad, imposible no disfrutarlo.
Ojalá poder estar orgullosos de nuestra playa, no solo para los turistas, no solo para las fotos de instagram. Sino porque es un sitio maravilloso que también los habitantes de la ciudad debemos cuidar y visitar.
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